¿Artista se hace o se nace?
Cuando cursaba Artes Visuales, esto es algo que muchas veces se debatía entre mis compañeros en la universidad: ¿Artista se hace o se nace? Para un no creyente, preguntarse de dónde viene ese fluir creativo y esa habilidad tan especial y particular que le permite al hombre crear artísticamente hasta llegar a asombrar, es simplemente no encontrar una razón verdadera. Podían debatir y reunir varias hipótesis, por lo que cada conclusión llegaba a ser muy subjetiva y antropocéntrica. Y aunque el hecho de que muchas personas lleguen a reconocerse como artistas o no, estamos frente a la realidad de la creatividad y las habilidades presentes en el ser humano. En aquellos años, también conocí a un pintor famoso, quien tenía un talento que yo realmente admiraba y en una de sus muestras tuve la oportunidad de acercarme a saludarlo para conversar con él y durante esa pequeña charla, él me expresó que él no creía en Dios pero que deseaba profundamente descubrir de dónde venía esa habilidad y ese don que él tenía para pintar sus óleos en gigantes dimensiones, como también, poder entender de qué se trataba la inspiración. Durante ese tiempo de universidad conocí muchos jóvenes con dones que realmente los distinguía del resto y la realidad es que en nuestro ámbito secular, tenemos un sin número de artistas, fotógrafos, músicos, poetas y actores que deslumbran al mundo con sus habilidades y obras artísticas.
¿Cómo esto puede ser posible?
Como creyentes, esto no nos debe de extrañar, porque aunque estamos en continua supervivencia en un mundo caído, sabemos que cada ser humano sea creyente o no, es portador de la imagen de Dios (Génesis 1:26-27), por lo tanto, tenemos esa capacidad de crear y de hacer uso de la creatividad, ya que esta realidad evidencia que fuimos creados conforme a la imagen de nuestro Creador. El único Dios verdadero quien es artista por excelencia, nos relata en Génesis 1-2:1 la magnífica obra de la creación y nos muestra su belleza por medio de lo creado. Podemos como espectadoras, contemplar su perfecta obra como declara el Salmo 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Dios es un Dios infinitamente creativo y es por el solo hecho de que somos portadores de Su imagen, que muchas de nosotras podemos pintar un hermoso paisaje al óleo, trabajar con fotografía o esculpir sobre madera. Dorothy Sayers expresa:
“Si podemos aprender algo del carácter de Dios de este mundo alrededor, seguramente es que Dios es creativo, es un Dios de diversidad, un Dios que tiene interés en la belleza y en los detalles. Esto es incuestionable cuando miramos el mundo que ha hecho, y a la gente misma, que son producto de su mano artística.”
Debemos recordar que Él no solo nos dio dones y talentos sino que también nos dio la capacidad de poder apreciar la belleza. Cabe aclarar que la creatividad no solo se encierra en el círculo de las artes plásticas, la música, la danza, el teatro o la literatura, sino en cada ámbito de nuestra vida, pero en este artículo quiero focalizarme en lo que tiene que ver con el uso de la creatividad y los dones en las artes visuales, como lo es la pintura, la escultura, la fotografía, el cine, el grabado, la instalación, etc. Son muchas las disciplinas que podemos encontrar dentro de este campo del arte.
Por otra parte, el hecho de que muchas personas tengan dones y puedan poner en práctica la creatividad y expresarse a través de diferentes lenguajes artísticos, hace parte de lo que definimos como Gracia Común. Wayne Grudem define la gracia común como:
“La Gracia Común es la gracia de Dios por la que él concede a las personas innumerables bendiciones que no son parte de la salvación”
Esta gracia común, no hace excepciones entre creyentes y no creyentes, ya que Dios por medio de su Gracia les concede a los hombres disfrutar de muchas bendiciones, dándoles dones para todas las expresiones creativas en las artes de manera inmerecida, aun cuando ellos son merecedores del infierno y de su propia ira. Bien sabemos que la Gracia de Dios es una sola, pero así como se manifiesta a los creyente a través de la gracia que salva, la gracia común, es aquella manifestada a toda la humanidad, incluyéndonos a nosotras como creyentes. Y esto me recuerda a una frase que mi esposo escribió en uno de sus artículos y dice así:
”Si un no creyente hace florecer algo bello en su obra artística, es porque irradia la Gracia común puesta por Dios, y todo lo bello le pertenece a nuestro Creador”.
Usar y poner en práctica un don, una habilidad y la creatividad es una experiencia hermosa, sin embargo, todas estas cosas no han llegado a nuestras vidas por nuestros propios deseos o méritos, sino que son solo destellos de nuestro Creador.
¿Qué expresan los artistas?
Es muy interesante pensar en esto ya que los artistas crean a partir de las ideas, los pensamientos o razonamientos, como también desde sus sentimientos o emociones, creando sensaciones. Las ideas toman forma, las formas tienen un mensaje, dicho de otra manera, cuando esas ideas son materializadas dentro de un plano estético, esa pieza artística, nos va a comunicar o expresar algo. El arte de alguna manera nos habla. Si pensamos en obras artísticas dentro del lenguaje de la pintura o la escultura, el mensaje no aparece de una manera verbal pero la composición y el objeto creado está lleno de significados. Siempre se produce un diálogo entre la obra y el espectador, es por eso que cuando vamos a un museo de arte, lo que experimentamos es el momento donde nos paramos frente a una obra e inevitablemente comenzamos a observar y pensar. Puede suceder también que lleguemos a tener solamente una experiencia estética con dicha obra y hace que nos llenemos de sensaciones. No nos olvidemos que en Génesis 1 reiteradas veces Dios en el momento de la creación, se detuvo a observar cada cosa que había creado y lo consideraba como algo bueno. Él hizo una apreciación estética, Él se puso en posición de espectador de su magnífica obra de la creación.
El arte contemporáneo, por ejemplo, eleva el concepto y la idea por encima del objeto en sí, busca llevar al espectador a la reflexión, y en este caso, la obra ya no sería el objeto sino el concepto. Por otro lado, las motivaciones o intenciones para hacer arte pueden variar, pero no podemos dudar de que el artista se planta desde su propia cosmovisión, es decir, desde la manera en que ve e interpreta el mundo, y es dentro de esa cosmovisión que podemos también encontrar las creencias.
Hay un trabajo no solo creativo en cuestión al uso de las habilidades y materiales sino también un trabajo intelectual, emocional, racional e intencional y es por esto que puedo ver una conexión muy especial entre el arte y lo espiritual.
Los artistas manifiestan de alguna u otra manera lo que llevan en lo profundo y esto apunta al corazón del ser humano. Al considerar este punto en particular, todas nosotras sabemos que la Biblia nos habla muchísimo sobre esto. La Palabra de Dios menciona al corazón del hombre y lo muestra como engañoso y perverso (Jeremías 17:9). También nos dice que es donde se procesan los deseos (Salmo 37:4) (Salmo 20:4) e incluso las emociones (Proverbios 17:22). Es donde se halla lo que atesoramos (Mateo 6:21) y las intenciones (2 Corintios 9:7). En Mateo 12:33-34 Jesús expresa que de la abundancia de nuestro corazón habla la boca, como una advertencia muy fuerte a poner cuidado en lo que realmente atesoramos ya que es ahí (el corazón) donde salen las buenas y malas obras. Y haciendo una analogía a este pasaje podríamos decir lo siguiente: de la abundancia del corazón hablan nuestras obras artísticas. Como mujeres artistas creyentes y redimidas, sabemos que Dios ha alcanzado nuestro corazón y si realmente atesoramos lo que es bueno, tenemos a disposición el arte para poder exaltar el carácter y los atributos de Dios, usar el arte para glorificarlo.
¿Cómo los creyentes podemos usar el arte?
Muchas personas han crecido dentro de una cultura evangélica donde han despreciado las artes y les han brindado un pobre apoyo a los artistas creyentes de su comunidad. Muchas veces se ha juzgado al arte de una manera negativa, porque se han detenido a observar cómo el mundo se deleita en el pecado haciendo mal uso del arte con contenidos oscuros que van en contra de la verdad de Dios.
Pero la realidad es que el arte es de valor para Dios. La iglesia debería reconocer ese valor para entender la necesidad y el impacto que conlleva el buen uso del arte dentro de la cultura de esta sociedad caída que nos rodea. El arte puede usarse al servicio de Dios, no hay limitaciones para eso, en Romanos 11:36 dice: “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.” No dudamos de que el arte existe para su gloria.
Cuando los cristianos se involucran en las artes, esto es de beneficio para la iglesia, porque brinda la oportunidad de usar el arte para hacer brillar la Verdad de Dios y porque además es un canal que nos lleva a la adoración. Si el llamado como iglesia es predicar la verdad de Cristo, entonces nosotras como artistas, tenemos la oportunidad de usar nuestros dones para llevar al cabo esa misión y para el bien común de la iglesia. Nuestro llamado nos incluye con todo lo que Dios ha depositado en nosotras, con todo lo que somos, entonces el uso del arte no puede quedar a un lado si tú eres artista, ya que el arte es un lenguaje maravilloso que puede impactar en tu barrio o ciudad, en tu cultura y sociedad.
Si eres aficionada al arte, sea que lo hayas descubierto como vocación porque es parte de tu trabajo y lo desarrolles de manera profesional o quizás solo tengas un hobby del cual realmente disfrutas en tus tiempos libres, es bueno aclarar que tus producciones y trabajos artísticos no necesariamente deberías catalogarlas como cristianas por el solo hecho de que aparezcan cruces, personajes bíblicos o versículos. La forma en que podemos llegar a expresar la verdad usando la creatividad es muy amplia, podemos relatar la biblia pero de una manera contemporánea, podemos hacer que nuestras obras nos lleven a la reflexión y meditación en la palabra de Dios sin necesidad de que la palabra misma aparezca haciendo un puente hacia un mundo no creyente y necesitado de un salvador, como también exaltar los atributos de Dios. Dr. R.C Sproul dice:
“En el otro extremo, está la actitud de que, para que el arte sea cristiano, debe incluir un versículo bíblico o retratar personas con aureolas sobre sus cabezas. Estoy convencido de que, si consideramos las Escrituras, veremos que Dios es un Dios de belleza. Él es la fuente esencial de la belleza, y su carácter es bello. Parte de la tarea del hombre es reflejar el carácter de Dios. Eso significa que somos llamados a producir arte, y un arte que sea excelente.”
Quiero contarles una de las experiencias más hermosas que he vivido en todo esto que tiene que ver con el arte y la fe. Hace alrededor de 4 años me acababa de casar y simultáneamente de mudar de Argentina a Estados Unidos porque mi esposo estaba por continuar sus estudios en teología en la ciudad de Louisville, estado de Kentucky. Era el momento de empezar a visitar iglesias para poder decidir a cuál iglesia comenzar a congregarnos ya que éramos nuevos en la ciudad. El primer fin de semana llegamos a una iglesia y esta fue la situación: estaba atravesando la puerta de entrada lateral del edificio imaginándome mas o menos con lo que me iba a encontrar, pero de repente ese escenario fue totalmente inesperado para mí, la realidad es que había acabado de ingresar a una exposición de pinturas de un artista local de la congregación. Estas pinturas eran increíbles, estilo hiperrealista, mostraban momentos de diferentes historias bíblicas pero en situaciones de la vida cotidiana. Fue tanta la impresión que esto me generó que le dije a mi esposo, “no sé si vos quieras seguir visitando otras iglesias porque yo ya sé a cuál quiero congregarme”, y le sonreí, con esas sonrisas que tratan de convencer al otro, siempre es muy cómico para mí recordar ese momento. Hasta ese entonces nunca me había imaginado poder encontrar una iglesia que estuviera anclada a una galería de exposiciones artísticas. Encontrarme con una congregación que valora el arte y lo pone al servicio de la iglesia, fue muy impactante para mí, no solo porque es una congregación llena de artistas sino también porque es un ministerio al cual desarrollan con excelencia.
Como podrás imaginar, soy miembro de esa iglesia junto con mi esposo y me ha beneficiado en mi recorrido de producción artística, así que te animo a que puedas seguir desarrollando los dones y las habilidades que Dios te ha dado y que busques conectarte con otras artistas mujeres creyentes para que juntas a través del arte pongan el nombre de Dios en alto.
Por último quiero terminar con la siguiente reflexión extraído del libro Ética Cristiana escrito por Gerarld Nyenhuis y James P. Eckman dice:
“Dios tiene un ideal para la belleza artística. En cuanto a habilidad, está complacido con la excelencia. En cuanto al contenido, le agrada la verdad. En cuanto a la creatividad, le gusta la calidad y la profundidad. Cada uno de estos criterios es un reflejo de su carácter.”