El tema de las redes sociales siempre me ha traído cierto celo y al mismo tiempo cierto temor. Celo, ya que el Señor ha tenido que re-alinear mi corazón en cuanto este tema más de una vez, y temor ya que en una sociedad en la que la vanidad es exaltada, confrontar esta realidad es fácilmente rechazada en protección de nuestro propio ego.
Creo que todas podemos estar de acuerdo en que de la abundancia de nuestro corazón hablan nuestras redes sociales. Ellas son un portafolio de nosotras mismas. Lo que publicamos refleja cómo queremos que las personas a nuestro alrededor nos perciban y piensen de nosotras, mostrando así los deseos profundos de nuestro propio corazón. Antes de continuar, quisiera invitar a cada una de nosotras a echarle un vistazo a nuestro Instagram, Facebook, Twitter o cualquiera que sea tu red social favorita. Medita en lo que tu cuenta transmite y pregúntate; ¿qué temática es la que prevalece entre mis publicaciones?
La temática que prevalecía en mi perfil cuando tuve un encuentro con el Señor era un Instagram repleto de “selfies”. Mi vanidad tenía el primer lugar en mis publicaciones, y mi recompensa efímera era atención. El único propósito de mi Instagram era la exaltación de mí misma y los aplausos de mis seguidores. Sin embargo, este placer efímero nunca me llenó. “’Vanidad de vanidades’ dice el Predicador ‘vanidad de vanidades, todo es vanidad’”. (Eclesiastés 1:2)
¿Qué es lo que nuestras redes sociales comunican? Si somos sinceras podemos ver cómo la podredumbre de nuestro corazón tiende a asomarse entre publicaciones y textos. Pero aún más allá de lo que podemos ver en nuestras redes sociales, la verdadera pregunta es; ¿por qué público lo que publico? En otras palabras, ¿cuál es la motivación de mis publicaciones? “…porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
Nuestro corazón es en donde moran nuestros pensamientos, intenciones y deseos, y ellos nos indican nuestras prioridades. Si nuestra prioridad es la auto-exaltación y la aprobación de muchos, estaremos caminando tras una senda que ciertamente nos llevara al vacío y tinieblas. Seremos como un hambriento que, en vez de ir hacia el pan de vida y el agua viva, corre hacia el mar estéril esperando pescar algo. Esto solo nos llevará a la desesperación, lanzando anzuelos tras anzuelos y quedando cada vez mas cansados y hambrientos.
Sabemos que invitarte a ser cuidadosa y celosa de que el Señor tenga el trono de tus redes sociales es contra-cultural. Vivimos en una sociedad en la que el amor propio parece ser la meta principal, por ello la Palabra misma nos aconseja; “Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto” (Romanos 12:2). La única manera de estar en sintonía con la voluntad del Señor es estando en los atrios de su presencia en lo secreto. Si estamos llenas del Señor y Su Palabra, no seremos engañadas por vanidades que prometen placeres ficticios, sino que comprobaremos su buena voluntad en cada área de nuestra vida.
Amigas, nuestra intención con esta publicación no es que tu Instagram se vuelva estrictamente versículos de la Biblia y citas de autores de la fe, ni tampoco que cierres todas tus cuentas. No se trata más de lo que hacemos o lo que no hacemos, que de nuestra intención al hacerlo, pues así como una “selfie” puede ser para nuestra auto-exaltación y vanagloria, publicar citas cristianas puede serlo tambien.
Nuestro deseo es que medites en la condición de tu corazón revelada en tus redes sociales, no para juicio o condenación, sino para arrepentimiento y libertad. Si encuentras pecado y desviación en tu corazón te invitamos a llevarlo en arrepentimiento a Dios, sabiendo que Jesús ha pagado aún por ese pecado y que sólo en Él se encuentra la plenitud que buscamos en otras fuentes. Una meditación sincera dentro de nuestro corazón en oración con el Señor es el antídoto para cualquier desviación del alma.
También deseamos para ti que, de ahora en adelante, cada publicación que hagas sea con un corazón recto ante el Señor y para Su gloria. Deseamos que tus redes sociales adornen el evangelio que has creído para testimonio de todos tus seguidores.
Si este también es tu deseo, te invitamos a que te unas con nosotras en oración para que Dios examine nuestros corazones y nos ayude a honrarle en todos los aspectos de nuestra vida. Él es el merecedor de toda gloria, honra, y alabanza. Que Dios nos ayude a serle fieles aún en lo pequeño, aún en lo que pudiera parecer insignificante como nuestras redes sociales.
“Somos espejos cuyo brillo, si es que brillamos, se deriva totalmente del sol que brilla sobre nosotros.” — C. S. Lewis